Una persona con trastorno bipolar puede experimentar altibajos emocionales extremos. Estos cambios de humor pueden causar problemas en el hogar, el trabajo y la escuela. Anima a tus seres queridos a buscar ayuda de un terapeuta y recibir tratamiento si están experimentando episodios de depresión o manía. Es importante nunca dejar de tomar medicamentos a menos que así lo indique tu médico o terapeuta.
1. Cambios de humor
Los cambios de humor son comunes, pero también pueden ser un signo de trastorno bipolar. Si tus cambios de humor son extremos e interfieren con tu vida cotidiana, debes visitar a un psiquiatra o psicólogo para obtener el diagnóstico adecuado. Los cambios de humor también pueden ser un signo de otras condiciones médicas o de salud mental, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno disfórico premenstrual que afecta a algunas mujeres, o el abuso de alcohol o drogas. Los cambios de humor también pueden ser un efecto secundario de algunos medicamentos. Para ayudar a identificar la causa de tus cambios de humor, puedes empezar a llevar un diario diario de tus síntomas y su intensidad. Luego, consulta a tu médico sobre medicamentos y otros tratamientos. Una rutina regular de alimentación saludable, sueño y ejercicio también puede ayudar a reducir los síntomas.
2. Dificultad para concentrarse
La dificultad para concentrarse es común en las personas con trastorno bipolar. Puede ser causada por muchos factores diferentes, como la depresión, los trastornos del sueño, ciertos medicamentos y la ansiedad. También puede ser un signo de otras enfermedades mentales, como el TDAH o la esquizofrenia. Practicar ejercicios de concentración y evitar distracciones puede ayudarte a mejorar tu capacidad para enfocarte. Intenta hacer listas de tareas y dividir las tareas en partes pequeñas. El cerebro retiene mejor la información cuando está organizada en partes más pequeñas. Es por eso que los números de teléfono se dividen en tres y cuatro dígitos, por ejemplo. Construye una estructura en tu día al seguir un horario regular de sueño, alimentación, trabajo y socialización. El ejercicio y la relajación también pueden mejorar tu estado de ánimo y concentración. Por último, asegúrate de contar con una red de apoyo y educa a tus familiares sobre el trastorno bipolar para que puedan reconocer los síntomas tempranos.
3. Insomnio
Cuando las personas con trastorno bipolar están en un episodio depresivo, a menudo tienen dificultades para dormir. Esto se debe a que la depresión interfiere con la producción normal de serotonina, una sustancia química que ayuda a regular el estado de ánimo. Mantenerse al día con una rutina diaria puede ayudar a estabilizar los cambios de humor y prevenir la depresión, manía e hipomanía. Intenta programar horarios regulares para dormir, comer, hacer ejercicio y trabajar. Dedica tiempo a técnicas de relajación como el yoga, tai chi o la meditación. Busca el apoyo de familiares, amigos y grupos de apoyo. Pasar tiempo con personas que entienden lo que estás pasando puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar tu estado de ánimo. También es una buena idea tener un plan de respaldo, como establecer un poder legal, en caso de que te encuentres en un punto de crisis y necesites que alguien intervenga.
4. Ansiedad
Si tú o alguien que conoces está lidiando con ansiedad debilitante, es importante acudir a un profesional de la salud mental. Esto es especialmente cierto si esos síntomas van acompañados de trastorno bipolar. La ansiedad a menudo es un síntoma del trastorno bipolar, que puede aparecer repentinamente. Se caracteriza por una abrumadora sensación de incomodidad que puede dirigirse hacia cualquier situación, incluyendo actividades cotidianas. Es un síntoma común de la manía, así como de la depresión. En algunos casos, la ansiedad se diagnostica erróneamente como trastorno bipolar. Esto puede llevar a un tratamiento inadecuado y a empeorar los síntomas. Obtener el diagnóstico correcto es fundamental para mejorar tu vida. Por ejemplo, Dave M. luchó con la ansiedad antes de recibir los diagnósticos correctos. Recuerda un momento en la escuela secundaria en el que sus manos empezaron a temblar mientras intentaba escribir una ecuación en la pizarra.
5. Ira
La ira es una emoción muy común que puede ir desde una ligera irritación y molestia hasta la ira y la violencia. Ser capaz de expresar la ira de la manera correcta y en el momento adecuado es importante. Sin embargo, si a menudo te sientes frustrado o enojado y no puedes calmarte, es hora de hablar con tu médico. La ansiedad, la depresión y la falta de sueño pueden dificultar el control de los sentimientos de ira e irritabilidad. Intenta dormir lo suficiente y ser físicamente activo para reducir el estrés. Reconocer las situaciones que desencadenan tu ira es el primer paso para poder manejarla. Identificar tus desencadenantes puede ayudarte a encontrar formas de evitarlos o verlos de manera diferente para que no te hagan hervir la sangre.